Sinopsis:
Un corredor de bolsa de Nueva York se niega a cooperar en un caso
importante de fraude de valores, en el que están implicados Wall Street,
las grandes corporaciones bancarias y la mafia. Basada en la
autobiografía de Jordan Belfort.
Crítica:
Scorsese es un jodido lobo. Muy pocas veces en mi vida había disfrutado
una película como he disfrutado esta. Hay que mentalizarse antes de ver
esta película. Personalmente, cuando vi el trailer me vinieron unas
ganas increíbles de ver la película, sabía que tenía que verla. Lo que
no me esperaba, era que lo que salía en el tráiler ni siquiera era tan
alocado como es la película. En el tráiler ves juergas en la oficina,
puntería con enanos, sexo, drogas, dinero sucio, cinismo y humor negro.
La película no es eso, la película es muchas juergas en la oficina,
mucho sexo, muchas drogas, mucho dinero sucio, mucho cinismo y muchísimo
humor negro.
Tampoco me malinterpreteis, no toda la película es un auténtico desfase. Digamos que de las tres horas que dura, una hora y media es puro desfase, una hora es humor negro y cinismo y media hora es profundidad dramática (que, aunque al principio no resulta fácil de tomar en serio, es increíble como consigue emocionarte, Scorsese es un verdadero genio). Este es el resultado que hubiera salido si Martin Scorsese hubiera dirigido "Project X". Como entretenimiento es pura dinamita, sus tres horas se convierten en 20 minutos, unos 20 minutos que quieres repetir justo al terminarlos. Es una película con la que es imposible dormirse.
Bueno, ahora creo que ya es hora de hablar sobre la película como tal, no como entretenimiento. En realidad, con decir que es una película de Scorsese ya basta para mucha gente, sin embargo voy a concretar (porque realmente vale la pena hacerlo).
La dirección de Scorsese es sorprendente, es muy moderna, muy ágil y con un tono de epicismo de coña absolutamente hilarante. Si crees que algo ya no podría ser más cínico de lo que es solo mediante un diálogo, Scorsese consigue que ese diálogo se vuelva todavía más cínico y obsceno mediante las imágenes.
Sin duda una mención especial se la merece Leonardo DiCaprio, uno de los más grandes actores vivos que hay. No se puede poner en duda que su actuación como Jordan Belfort "Wolfie" es de Oscar. Desde el segundo en que aparece por primera vez, te olvidas de que ha sido muchos otros personajes en muchas otras películas: acabas de conocerlo. Acabas de conocer a Jordan Belfort, una persona que de entrada es humilde, ambiciosa y dispuesta, pero con principios. A los 10 minutos esa persona ha desaparecido, saluda al lobo de Wall Street, una persona que no te arrepentirás de conocer. El lobo de Wall Street ya no es humilde sino altivo (que rebosa soberbia en cada gesto), ya no es ambicioso sino extremadamente avaricioso, ya no es dispuesto, porque no le hace falta, sabe que puede tener todo lo que quiera sin esfuerzo alguno. Para resumir digámos que es un cabrón sin escrúpulos, drogadicto, sexoadicto, ególatra y bueno, un hijo de puta capaz de todo a la que solamente le importa una cosa: el dinero. No quiere el dinero porque así le puede comprar cosas a su mujer ni para comprarse un Porsche, quiere el dinero porque puede tenerlo y al poder tenerlo puede ser poderoso. Y por lo tanto, al tenerlo, es poderoso. ¿Qué significa ser poderoso? Que puedes hacer lo que te dé la gana cuando te dé la gana, al menos hasta que la líes tanto que te metan en la cárcel. A pesar de que sabes que es un ser humano absolutamente horrible, te encanta, quieres ser él.
Todos los personajes te encantan, los compañeros del lobo (Jonah Hill se sale, me encanta este tío) y cualquier personaje en el mundo de las finanzas. En el Wall Street de esta película son todos unos cabrones sin corazón, pero todos son unos personajes inolvidables.
El guión es magnífico. No solamente la historia en sí (que a pesar de estar muy camuflada por los fiestones, las drogas y el sexo, está muy bien narrada), sino los diálogos. Cada diálogo de esta película es digno de ser enmarcado en un marco de veinte mil pavos. Cada diálogo desprende un cinismo extremo, esos diálogos que rebosan humor negro, ese humor negro que ha conseguido que me pase la mitad de la película riendo. A veces absurdos, a veces cabrones, incluso a veces dramáticos (sí, hay dramatismo en esta película), pero siempre magistrales.
En definitiva, una película que no puedes perderte por nada del mundo y por la que sin duda vale la pena pagar (y por la que yo pagaré lo que haga falta para tenerla en DVD justo cuando la saquen).
PD: Muy atentos a la escena de Popeye y la cocaína, de las escenas con las que más me he reído en toda mi vida.
Tampoco me malinterpreteis, no toda la película es un auténtico desfase. Digamos que de las tres horas que dura, una hora y media es puro desfase, una hora es humor negro y cinismo y media hora es profundidad dramática (que, aunque al principio no resulta fácil de tomar en serio, es increíble como consigue emocionarte, Scorsese es un verdadero genio). Este es el resultado que hubiera salido si Martin Scorsese hubiera dirigido "Project X". Como entretenimiento es pura dinamita, sus tres horas se convierten en 20 minutos, unos 20 minutos que quieres repetir justo al terminarlos. Es una película con la que es imposible dormirse.
Bueno, ahora creo que ya es hora de hablar sobre la película como tal, no como entretenimiento. En realidad, con decir que es una película de Scorsese ya basta para mucha gente, sin embargo voy a concretar (porque realmente vale la pena hacerlo).
La dirección de Scorsese es sorprendente, es muy moderna, muy ágil y con un tono de epicismo de coña absolutamente hilarante. Si crees que algo ya no podría ser más cínico de lo que es solo mediante un diálogo, Scorsese consigue que ese diálogo se vuelva todavía más cínico y obsceno mediante las imágenes.
Sin duda una mención especial se la merece Leonardo DiCaprio, uno de los más grandes actores vivos que hay. No se puede poner en duda que su actuación como Jordan Belfort "Wolfie" es de Oscar. Desde el segundo en que aparece por primera vez, te olvidas de que ha sido muchos otros personajes en muchas otras películas: acabas de conocerlo. Acabas de conocer a Jordan Belfort, una persona que de entrada es humilde, ambiciosa y dispuesta, pero con principios. A los 10 minutos esa persona ha desaparecido, saluda al lobo de Wall Street, una persona que no te arrepentirás de conocer. El lobo de Wall Street ya no es humilde sino altivo (que rebosa soberbia en cada gesto), ya no es ambicioso sino extremadamente avaricioso, ya no es dispuesto, porque no le hace falta, sabe que puede tener todo lo que quiera sin esfuerzo alguno. Para resumir digámos que es un cabrón sin escrúpulos, drogadicto, sexoadicto, ególatra y bueno, un hijo de puta capaz de todo a la que solamente le importa una cosa: el dinero. No quiere el dinero porque así le puede comprar cosas a su mujer ni para comprarse un Porsche, quiere el dinero porque puede tenerlo y al poder tenerlo puede ser poderoso. Y por lo tanto, al tenerlo, es poderoso. ¿Qué significa ser poderoso? Que puedes hacer lo que te dé la gana cuando te dé la gana, al menos hasta que la líes tanto que te metan en la cárcel. A pesar de que sabes que es un ser humano absolutamente horrible, te encanta, quieres ser él.
Todos los personajes te encantan, los compañeros del lobo (Jonah Hill se sale, me encanta este tío) y cualquier personaje en el mundo de las finanzas. En el Wall Street de esta película son todos unos cabrones sin corazón, pero todos son unos personajes inolvidables.
El guión es magnífico. No solamente la historia en sí (que a pesar de estar muy camuflada por los fiestones, las drogas y el sexo, está muy bien narrada), sino los diálogos. Cada diálogo de esta película es digno de ser enmarcado en un marco de veinte mil pavos. Cada diálogo desprende un cinismo extremo, esos diálogos que rebosan humor negro, ese humor negro que ha conseguido que me pase la mitad de la película riendo. A veces absurdos, a veces cabrones, incluso a veces dramáticos (sí, hay dramatismo en esta película), pero siempre magistrales.
En definitiva, una película que no puedes perderte por nada del mundo y por la que sin duda vale la pena pagar (y por la que yo pagaré lo que haga falta para tenerla en DVD justo cuando la saquen).
PD: Muy atentos a la escena de Popeye y la cocaína, de las escenas con las que más me he reído en toda mi vida.
Nota: 9,25