31 may 2013

Eyes Wide Shut



Sinopsis:

William Harford es un respetable médico neoyorquino cuya vida parece ir muy bien: está casado con una preciosa mujer, tiene una hija y hace un trabajo que le gusta. Pero, al día siguiente de asistir a una fiesta, su esposa Alice le habla de unas fantasías eróticas y de cómo estuvo a punto de dejarlo por un desconocido. Abrumado por esta confesión, acaba entrando en un local, donde un antiguo compañero le habla de una congregación secreta dedicada al hedonismo y al placer sin límites. A partir de entonces un mundo dominado por el sexo y el erotismo se abre ante él.

Crítica:

Ojos que no ven, corazón que no siente

A pesar de las muchas teorías que se han formulado acerca del significado de esta película, personalmente creo que aún hay mucho que decir. Para mí, "Eyes Wide Shut" es "El séptimo sello" de Kubrick, su obra más compleja y menos comprendida (a pesar de que la de Bergman haya sido muy valorada, al contrario que la de Kubrick, creo que aún residen muchos secretos por desvelar en esa película, igual que en esta).

De hecho, cada persona interpreta esta película de forma diferente, dependiendo de su forma de ser, de ver las cosas, su mentalidad, su corriente filosófica, su inclinación política...

Mucha gente dice que no es una película digna de Kubrick, que ni siquiera parece hecha por él (aunque realmente basta con ver los "títulos de crédito" iniciales, es decir, los primeros 15 segundos de la película para darte cuenta que es puramente de Kubrick) y sinceramente no lo entiendo, si de verdad es lo que piensan será porque no es una película "al uso" de Kubrick (es decir una obra maestra con alguna que otra idea, aunque no siempre y nunca con el fin de moralizar), sino que se podría decir que en cuanto a aspecto visual es más corriente (aunque la fotografía sea perfecta, su juego de colores con emociones es impresionante), tiene mucha más profundidad que las demás, es un pozo donde solo unos pocos han llegado hasta el fondo, pero ahí se han encontrado una trampilla cerrada con candado por el propio Kubrick, donde solamente él tuvo acceso y nadie más ha visto ni verá nunca.

Incógnitas, eso es lo que jode a mucha gente, las incógnitas sin resolución, algo que a mí me encanta, un misterio deja de ser un misterio si se le revela un final, una solución. Las preguntas sin respuesta abundan en esta película (de hecho, prácticamente se podría decir que son la base de la película), el misterio, un sofisticado onirismo que rodea toda la película, una niebla densa imposible de disipar.

Se dice por ahí que es lenta, muy lenta, y eso no lo niego en absoluto, sin embargo toda la gente se toma este adjetivo en el cine como algo negativo cuando puede ser positivo si esta lentitud es guiada por una buena mano, como por ejemplo por Stanley Kubrick o Michael Haneke, el rey de la lentitud (con su obra maestra "La cinta blanca" como corona). Hay un elemento que es el contrapunto de la lentitud y que puede llegar a contrarestarla por completo si se usa bien: la intriga. De momento esta es la segunda película que siendo increíblemente lenta, se me ha hecho increíblemente corta (la citada "La cinta blanca" la primera), y todo por un buen y dosificado uso de la intriga, en ambos casos una intriga malsana y de mal presagio.

Si hay un elemento muy destacado de Kubrick que no ha sido tan valorado como su técnica en sí al rodar una película es su capacidad para crear atmósferas con apenas unos segundos, basta con ver la presentación de "Eyes Wide Shut", solamente le basta con una música adecuada ("Jazz Suite n.2 - Waltz n. 2" de D. Shostakovich en esta ocasión, una bellísima pieza que muestra ya un ambiente sofisticado); se pueden dar varios ejemplos a parte de "Eyes Wide Shut", como son "La Chaqueta Metálica" (con un inicio igual de sencillo que en esta película con la canción "Hello Vietnam" de Johnnie Wright) o el estridente y magnífico inicio (e igual de sencillo) de "Barry Lyndon" con la canción "Sarabande" de Georg Friedrich Händel. Una excepción es la introducción de "La Naranja Mecánica" (para mí posiblemente el mejor de la historia del cine) con ese rojo inicial combinado con ese azul, creando así una violencia en las imágenes indescriptible, combinado con la perturbadora canción "Funeral of Queen Mary" de Henry Purcell.

Si el propio Stanley Kubrick afirmó que esta era su mejor película (siendo él de los mejores directores de la historia, aunque para mí posiblemente el mejor), esto hace que "Eyes Wide Shut" sea, en teoría, la mejor o de las mejores películas de la historia del cine. ¿Es cierto? Pues es posible, pero aunque lo sea dudo que nunca sea reconocida como tal, posiblemente porque nunca llegará a ser valorada como lo que es: las emociones y los pensamientos de Kubrick puestos en una película. Una obra digna de estudio.

Nota: 9

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