Sinopsis:
Jack Torrance se traslada con su mujer y su hijo de siete años al impresionante hotel Overlook, en Colorado, para encargarse del mantenimiento de las instalaciones durante la temporada invernal, época en la que permanece cerrado y aislado por la nieve. Su objetivo es encontrar paz y sosiego para escribir una novela. Sin embargo, poco después de su llegada al hotel, al mismo tiempo que Jack empieza a padecer inquietantes trastornos de personalidad, se suceden extraños y espeluznantes fenómenos paranormales.
Crítica:
All work and no play makes Jack a dull boy...
...o como diría Homer Simpson: sin tele ni cerveza Homer pierde la cabeza. Para empezar quiero decir que hay una cosa que no entiendo, ¿cómo los Oscar pudieron pasar por alto una de las mejores y más escalofriantes actuaciones por parte de Jack Nicholson? Otra cosa sin sentido es que siendo una película de culto y de las mejores catalogadas del mundo cinematográfico, ¿ fue nominada para los premios Razzie por peor director (Kubrick) y actriz (Duvall)? En fin... las ironías de la vida son infinitas, así que dejemos el tema y centrémonos en la película.
Desde un principio la película se presenta como una película de terror sobre natural que se va transformando en una especie de película de suspense psicológico. Sin duda se puede remarcar que éste filme ha sido una clara referencia respecto a las categorías de terror y asesinos psicópatas. Tengo que reconocerlo, cuando llevaba una media hora de película he tenido que encender la luz, y al cabo de 5 minutos he tenido que parar para hacer un descanso, ¿que por qué? pues porque realmente te agobia, te estresa, hasta un punto que necesitas para un buen rato para que no se te suba a la cabeza la locura en la que estas sumido, consigue transmitirte una sensación incómoda gracias a la constante música terrorífica, que al estar sonando todo el rato, no se puede diferenciar cuando estas en una escena cómica y cuando en una terrorífica. Una obra maestra y una importante referencia del género del terror que sin duda hay que reconocer que buena parte del mérito es por la gran dirección de Stanley Kubrick pero sin duda lo más memorable de la película es la escalofriante y sublime actuación de Jack Nicholson, que consigue meterte la piel de gallina.
Nota: 8,5